El verano aquí en el Sur tiene de malo "la caló", y de bueno que todas las laderas para dar cursos de parapente están segaditas y disponibles para dar las clases de vuelo.
Tras un breve descanso en julio, nuestra Escuela de Parapente reanudó su actividad a primeros de agosto con un Curso de Iniciación al Parapente que congregó a un estupendo grupo de alumnos, en su mayoría de Sevilla, con los que compartimos cuatro días muy divertidos en Algodonales (Cádiz).
Esta vez ninguna chica en el grupo, aunque recibimos la visita de Pilar, que vino a terminar su cursillo a mitad de semana, y puso un poco de alegría femenina, justo cuando la cosa empezaba a tomar tintes cuarteleros.
El curso se desarrolló normalmente; los chicos trabajaron duro en las lomas de escuela los dos primeros días, aprendiendo a inflar el parapente, a despegar y a aterrizar... así que pudieron disfrutar ya de vuelos de más de cien metros de altura a partir de su tercer día, volando en Montellano y Ronda La Vieja.
Los días tan largos del verano dieron, además de para aprender a volar en parapente, para compartir largas comidas en grupo, con sus corespondientes sobremesas, en las que charlamos de casi todo y aprendimos también cosas sobre pesca, mecánica, montañismo,... incluso cosas curiosas sobre el cultivo de la marihuana 🙂 jajaja
La verdad es que lo hemos pasado en grande con este grupo.
Durante el fin de semana continuamos las clases con los alumnos del Curso de Progresión en Parapente. Dos magníficas tardes en la ladera de Ronda la Vieja dieron para todo: desde dar vuelos en parapente biplaza como regalo a pasajeros que celebraban sus cumpleaños, hasta para que Javier T. y Josesax, dos de nuestros alumnos, consiguieran hacer su primer vuelo de más de una hora de duración.
Además, pudieron practicar las orejas, el uso del acelerador, el tráfico en ladera... Al final, remataron la faena aterrizando arriba, en el mismo lugar de despegue.
Y todo eso, en su segundo día del Curso de Progresión!!!
Felicidades, chicos.