“Ya me puedes ir apuntando para el curso del año que viene!”... es lo que nos decían los pilotos de nuestro club al volver de regreso a casa, después de haber realizado el Curso SIV de Seguridad en Vuelo que organizamos este año.
Y es que ha sido toda una experiencia, de la que queremos compartir algunos detalles con todos los seguidores de nuestro blog. Por eso, vamos a ir publicando una serie de artículos en los que hablaremos de algunos detalles que nos parecen importantes, en cuanto a la seguridad en vuelo en parapente, que hemos aprendido en este curso.
Para empezar, aquí va un pequeño resumen de lo que fue el viaje:
EL CURSO SIV
Suponemos que todos sabéis de qué va un curso SIV… nosotros también lo creíamos. Una vez allí te das cuenta de que cada uno va a vivir el curso de manera diferente, dependiendo de su nivel, expectativas y objetivos.
Hay dos niveles de curso: básico y avanzado. En cualquiera de ellos puedes elegir qué maniobras vas a hacer y cuales no. También el instructor te aconseja cuáles deberías hacer y cuáles cree él que no… en cualquier caso, tu pones el límite, para evitar situaciones de estrés.
Todas las prácticas de vuelo se realizan sobre el agua, con chaleco salvavidas y lancha de apoyo. Por si acaso…
Tenéis toda la información detallada del curso en este enlace: https://zero-gravity.es/cursos-SIV-zerogravity.pdf
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LA ORGANIZACIÓN, ASISTENTES Y EL EQUIPO
El curso lo organizó nuestro Club Zero Gravity, y lo impartió la Escuela de Parapente Entrenuvols, que cuentan con toda la infraestructura y la experiencia necesaria para este tipo de cursos de parapente avanzados.
Entrenuvols tiene su escuela en Ager, Lleida, y hasta allí nos fuimos para hacer el curso. De paso, disfrutamos también de un par de días de vuelo en la fantástica zona de vuelo del Montsec. Las prácticas de vuelo se hacían en el pantano de la Pobla de Segur, un lugar estupendo, ¡con chiringuito a pié de despegue!
El instructor, Jordi Marquillas, tiene mucha experiencia en este tipo de cursos. A él acuden no solo los clubes y pilotos españoles, sino que también organiza los cursos para la federación francesa, para entrenamiento de la selección española de acrobacia en parapente y es centro reconocido para homologación de parapentes. Su equipo, lo completaban Abel, que pilotaba la lancha y Jordi Pensado, que manejaba el torno con maestría y nos hacía ganar altura sobre el pantano.
Por nuestra parte fuimos cuatro miembros del club: Jens, Josin, Laureano y Jota. Como quedaban dos plazas libre, las completaron Xavier, del club entrenuvols, y Daniel Crespo, director de la revista online ojovolador.com, que hacía su reciclaje de acro y, de paso, un reportaje para su revista que publicará en breve.
EL CURSO
“El curso no consiste solo en volar”… es lo que digo a mis alumnos, y es lo que también se aplica a este curso. Antes de volar, unas clases teóricas para entender bien las maniobras. Después al lago, a ponerlas en práctica. Por la tarde, visualizamos los vídeos y sobre ellos volvíamos a comentar las maniobras. Aprendimos más en el aula que en vuelo…, seguro.
Para ganar altura sobre el lago usaban un torno desbobinador montado en una lancha rápida. Da un poco de mal rollo al principio, pero la verdad es que está chupao!... gracias también al buen trabajo de Abel y Jordi, que manejaban la lancha y el torno con maestría. Ganábamos unos 600 metros sobre el agua.
Y luego… ¡al toro!
Las maniobras que entrenamos fueron delfines, plegadas asimétricas y frontales (ambas con y sin acelerador), autorrotaciones, negativos, bandas B, pérdidas y, como fin de fiesta, tiramos los paracas. Luego os apuntaremos algunos detalles de algunas.
CONCLUSIONES
Cada uno saca las suyas propias, pero todos opinábamos que este curso es necesario para completar la formación de todo piloto de parapente y, en mi caso, creo que debería ser obligatorio para los instructores (así lo tienen los franceses, por ejemplo) y pilotos biplaza profesionales.
No es un curso para realizar con poca experiencia: yo diría que un año como mínimo. Si no, no lo aprovechas bien y, en cualquier caso, el primer año de un piloto tiene otras prioridades.
Pero si eres un piloto que vuela regularmente en térmica, o haces vuelos de cross o competición, o estás pensando en pasar a un ala homologada EN C o D, entonces diría que es más que recomendable.
Nuestro Club Zero Gravity organizará al menos un curso al año, no solo para los pilotos nuevos, si no también de refresco y avanzado para los pilotos que ya lo hayan hecho antes.
MÁS CONCLUSIONES Y CONSEJOS
En este apartado pongo algunas de mis conclusiones personales que creo pueden interesar, y algunos de los consejos que nos dieron en el curso.
Los parapentes perdonan tela marinera… en multitud de ocasiones estamos sobremandando el ala, frenándola a destiempo, haciendo maniobras que creemos que las hacemos bien,... y no,… lo que pasa es que ese trozo de tela es más estable de lo que parece. Pero ojo!, una vez que se pasa la raya, la cosa puede ponerse bien fea, y si no sabes actuar, se puede poner peor.
Hay una regla básica: no frenar el parapente si está retrasado respecto a nuestro eje vertical (trepada), pues corremos el riesgo de poner el ala en pérdida o en parachutaje. En las abatidas hay que frenar el ala cuando esté adelantando, y nunca si está detrás.
Orejones: la práctica de meter orejas cerca del suelo, incluso para aterrizar, debe evitarse. Al disminuir la superficie del ala tendremos una mayor velocidad mínima (entraremos en pérdida más fácilmente) y además las orejas actúan como grandes frenos creando resistencia parásita. Si a eso le unimos que por el gradiente de viento, la capa de aire cerca del suelo se moverá más lenta y con más turbulencia debido al rozamiento con el terreno, tendremos muchas papeletas para poner el ala en parachutaje. Sobre todo si para abrir las orejas bombeamos con fuerza con los frenos.
Si el ala está en parachutaje, al poco que frenemos entrará en pérdida. Si solo frenamos de un lado, peor: estaremos en una barrena plana, a la que seguirá una abatida oblicua, que probablementa acabe en una plegada asimétrica con corbata, y de ahí a una espiral incontrolada. Qué feo,¿ no?
Pero seguro que todos hemos visto, o incluso practicado, orejones cerca del suelo, y no ha pasado nada. Lo dicho: los parapentes, perdonan tela.
Una buena práctica que deberíamos extender es el uso combinado del acelerador y las orejas: se consigue mejor tasa de caída y, además, reducimos el riesgo de parachutaje. Para abrir las orejas, no bombearlas: dejar que abran solas, lentamente, o bombear un lado y luego el otro.
Bandas B: no nos las recomiendan. El ala estará en parachutaje, y de un parachutaje cabe la posibilidad de salir mal, como hemos explicado antes. Hay maniobras de descenso mejores, como orejas y acerador o espirales y barrenas. Además, con esta maniobra el ala sufre más, al cargarse todo el peso en la línea B.
Personalmente creo que es necesario conocer esta maniobra bien, pues puede sacarte de una apuro en caso de nube gorda, si no eres capaz de aguantar barrenas de larga duración. Otra cosa es que nos dediquemos a hacer bandas B todos los domingos para bajar al aterrizaje… pues tampoco hay que abusar.
Lo voy a dejar aquí. En los próximos días os contaré algunos detalles de lo qué aprendimos sobre PLEGADAS y veremos una rápida comparativa entre PARACAS PDA y ROGALLOS.