España, Andalucía, Algodonales... se han convertido en lugares bien conocidos por los pilotos de parapente de toda Europa (y ya casi me atrevo a decir que de gran parte del Mundo!). No sabría decir qué ha hecho de nuestra tierra una de las "Mecas" para volar en parapente, pero supongo que es una combinación de buen clima, buenas montañas, buena comida, buena bebida y buenas gentes, lo que han hecho que sea tan atractivo venir hasta aquí para disfrutar de unas vacaciones enfocadas en el parapente; hoy por hoy, miles de pilotos visitan cada año nuestras zonas de vuelo.
Para dar respuesta a esta demanda, en ZEROGRAVITY PARAPENTE, creamos hace ya unos años PARAGLIDING SPAIN, con el propósito de ofrecer Cursos de Parapente, Servicios de Guía y Vacaciones Guiadas para Pilotos de Parapente, enfocado 100% a extranjeros.
Quisimos darle el toque más internacional posible, con la idea de abrir nuestro Centro de Vuelo a un mayor número de personas. Así que nuestra Escuela de Parapente se inscribió en varias asociaciones y federaciones de parapente internacionales, adecuamos las instalaciones para ofrecer alojamiento, adaptamos los planes de estudio para ofrecer cursos intensivos de parapente de todos los niveles,... y comenzamos a rodar...
Pero la verdad, cuando le pusimos la categoría de "international" nunca imaginamos que nos convertiríamos en una Escuela de Parapente Internacional. Hemos tenido alumnos y pilotos de casi todos los países de Europa, claro, pero también vinieron algunos australianos, canadienses, islandeses, dos egipcios, un hindú, un jamaicano, un japonés,... cada vez vienen desde más lejos!
Uno de nuestros últimos grupos ha sido un verdadero ejemplo de esto: hasta 10 nacionalidades distintas!
Ni que decir tiene lo interesante que puede ser compartir una semana de vuelos con un grupo así... porque unas vacaciones de parapente no consisten sólo en volar, sino que también se comparten muchos otros momentos con todos ellos, y se conversa, y se aprende, y es casi como hacer una especie de turismo multicultural... y si a eso le añades lo que nos gusta a los españoles hacer de cicerones y enseñar a "los guiris" las bondades de nuestra tierra, no será difícil entender que este trabajo sea tan gratificante para nosotros.